Toda mi pintura al igual que muchas de las expresiones del arte gira sobre un eje central que es el hombre. En mis pinturas, todo lo contrario de mis esculturas, pocas veces lo encuentran presente, en la gran mayoría de cuadros se encuentra simbolizado con la naturaleza.

El principio y final de la vida lo resumo en este lienzo. Esta cacería de tiburones reproduce con exactitud a la gran espiral de la vida, va mi concepto: En casi todas las acciones de la existencia (desgraciadamente), la regla reina es la violencia, violencia para persistir, alimentarnos, etc.

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Otras pinturas han sido elaboradas pensando que en la belleza se puede y debe dejar presentes simbolizados en la naturaleza como un retrato subliminal, a "algunos" hombres y mujeres especiales que la misma creó.

Algunos hombres y mujeres son como esas flores que sobresalen entre marañas desiertos y montañas.

Algunos son como esos ríos que batallan la aridez de sus destinos y sin lograr llegar, se consumen en el camino

Otros son los que se pretenden soles,  estrellas o galaxias, pero los que están sobre la tierra, son como grandes islas navegantes, batallando en los mares de la esperanza o del olvido.

Así como es arriba abajo fue y alguna vez repetirá el ayer.

Los que esperan

Sobre las piedras de estos óleos:

Algunas tribus precolombinas en su saber o su inocencia consideraban sagradas a las piedras, nos dice uno de los cronistas de Indias:

Lucas Fernández de Piedrahita. página 10

“…Adoraban por Dioses á todas las piedras, porque decían que todas habían sido primero hombres y que todos los hombres en muriendo se convertían en piedras, y que había de llegar el día en que todas las piedras resucitasen hechas hombres.

Adoraban también á su misma sombra, de suerte que siempre llevaban á su Dios consigo y viéndolo, como hiciese el día claro; y aunque conocían que la sombra se causaba de la luz y cuerpo interpuesto, respondían que aquello lo hacia el Sol para darles Dioses. .Y si para convencerlos les mostraban las sombras de los árboles y de las piedras, nada bastaba; porque á las primeras tenían por Dioses de los árboles y á las segundas por Dioses de sus Dioses, tanta era su estolidez y desdicha”.

Esta serie es un pequeño pero no mudo homenaje a ese antiguo mundo que nos negamos a aceptar aunque grite muy alto su presencia y el mayor sonido lo emiten estas esferas.

Cordialmente los invito a mi otra web El Dorado Colombia para profundizar más sobre ellas que son para mi una maravilla y está en nosotros el sentir todo el poder mágico que encierran.

Otras series de mi pintura:

Naturalezas vivas

Naturalezas muertas